Playa La Encenada

miércoles, 22 de junio de 2011

RELACIÓN AFECTIVA ENTRE LOS JÓVENES Y LA TECNOLOGÍA


La curiosa relación afectiva entre los "tecno-jóvenes" y la tecnología. Mire los adolescentes que tenga más cerca y estará de acuerdo: son verdaderos pulpos tecnológicos. Revisan cuatro o cinco páginas web en paralelo, chatean por messenger, suben imágenes a su fotolog y ven videos en YouTube. Al mismo tiempo, se comunican con sus amigos por celular... vía mensajería de texto, porque las orejas las tienen ocupadas con el MP3. Lo novedoso es que no sólo utilizan la tecnología como herramienta, sino que se relacionan con ella a nivel emocional. Así lo muestra un estudio realizado por Criteria Research a jóvenes de entre 14 y 25 años, de los estratos C1, C2, C3 y D. La investigación concluye que los sub-17, sin importar su estrato socioeconómico, ven a la tecnología como un espacio para relacionarse con sus pares, y que la sienten como canales de expresión y comunicación tan válidos como el cara a cara.


El toque personal

No sólo por la inmediatez con que pueden conectarse con todos sus contactos. Lo que les importa es que en la comunicación virtual pueden decir lo que piensan, elegir con quién comunicarse y expresar sus emociones. Algo que les da entretención, tranquilidad, seguridad y alegría, según indica el estudio.

Mientras, los de 18 años en adelante la utilizan más bien como herramienta para ahorrar tiempo, simplificarse la vida y estar comunicados. Pero definitivamente ellos prefieren el cara a cara.

"La primera gran sorpresa es que los jóvenes logran vivir en dos mundos, uno desde la emoción más pura y otro desde la funcionalidad, y ahí se produce un primer quiebre entre los usuarios más chicos y los mayores", cuenta Andrés Varas, socio director de Criteria Research.

Esta diferencia, a juicio de la sicóloga Carla Padilla, tiene que ver con que, pasados los 18 (cuando los roles ya están definidos) lo que se busca son herramientas para desenvolverse en el mundo, mientras que entre los 14 y los 17, los jóvenes están probando cosas nuevas para construirse una identidad. "Hoy la diferencia está en que no sólo pruebas en el cara a cara, sino que también en los espacios virtuales", dice Padilla, especialista en desarrollo tecnológico y formación de identidad.

No da lo mismo qué celular o computador tengan. No sólo en términos de marca; lo que importa es el estilo personal que imprimen a sus aparatos. "Los requisitos que ellos les piden a sus tecnologías es que se adapten a sus formas, a sus intereses, a sus necesidades", dice Varas.

Además de identificarse y entretenerse con las tecnologías, lo que buscan es diferenciarse del resto y ser reconocidos e integrados por sus pares.

Hay diferencias clave a la hora de personalizar las tecnologías.

Los de 18 a 25 años personalizan sólo algunos de sus equipos (principalmente el computador y el celular) para que su uso sea más amigable.

Los sub-17 lo personalizan todo. Acá se trata de dar identidad a los equipos, ya sea eligiendo una interfaz específica o llenando el celular de stickers.

"Que tenga mi estilo", "que sea distinto", "que sea más parecido a uno", "que sea bacán" son algunas de las razones esgrimidas por los participantes.

"Eso tiene que ver con la construcción de la identidad y con decir 'éste soy yo, me presento así y quiero que el mundo me conozca de esta manera'", explica Carla Padilla.

Cómo usan internet

La manera en que utilizan la red también varía según el tramo etario.

Los más grandes suelen definirse más bien como "usuarios" o "receptores". Para ellos, internet es una vía para funcionar y conectarse al mundo a través de páginas específicas, relacionadas con la actividad que realizan en el minuto.

Tampoco son propensos a participar -y menos crear- comunidades virtuales. Entre sus pares, los espacios web propios no son un medio común, y cuando los hay privilegian la escritura y las imágenes abstractas. Por eso, suelen preferir los blogs.

¿Y los más chicos? ¡Todo lo contrario! Multimediales hasta decir basta, sus sitios personales suelen tener muchas imágenes, principalmente fotos. Fotolog y YouTube son sus referentes.

Se autodefinen como "creadores". Son participantes activos de las comunidades virtuales, y también construyen páginas sobre varios temas, algo que se transforma en una necesidad.

Las dos trilogías

Aunque los más grandes sólo quieren las tecnologías que necesitan para funcionar, y los más chicos las quieren todas, sí hay coincidencias: lo que no puede faltar es el trío "celular-computador-MP3".

Todo lo demás (videojuegos, cámara digital, televisión...) es considerado complementario (e incluso sustituibles).

Los más chicos usan con mayor frecuencia el celular, mientras que en un cercano segundo lugar está el computador.

Los mayores utilizan más el computador y, en segundo lugar, el celular. A diferencia de los más jóvenes, mencionan al pendrive como uno de los equipos que más valoran.

Pero también hay otro trío determinante, relacionado principalmente con internet. Para Andrés Varas, cualquier propuesta que pretenda vincularse con los jóvenes pasa por la mediación tecnológica, "y eso tiene tres componentes que son clave: la entretención, la interacción y la información".

Aunque el grupo de 18 a 25 años resalta especialmente la función informativa, es la multidimensionalidad de internet la que la convierte en el espacio de mayor significación para los dos grupos estudiados. Para los jóvenes, internet tiene que informar, pero también debe ser entretenida y permitir diversas formas de comunicación.

Ésta es la llave para ingresar a su mundo.

Cerebros multitareas

¿Y cómo es que logran conectarse a tantas cosas al mismo tiempo? Según Carla Padilla, existen estudios que demuestran que, a partir de la integración con las tecnologías y la alta estimulación que éstas generan, el cerebro humano se ha ido poniendo más plástico.

"Ha habido un cambio en la cognición e incluso un cambio a nivel de conexiones sinápticas y neuronales", asegura Padilla, basada en investigaciones estadounidenses.

"Incluso, estos jóvenes están mucho mejor preparados para enfrentar diversas tareas al mismo tiempo, con una capacidad de concentración mucho mayor a la de los adultos. Y todas esas cosas las pueden hacer con igual calidad, con igual productividad", señala.



  



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